domingo, 5 de junio de 2016

Greguerías.

Las pestañas son las persianas de los ojos.









Los ríos son las carreteras de los peces.

















La lluvia es la ducha y el sol la toalla.


viernes, 27 de mayo de 2016

Book trailer.


Hola a todos, aquí está nuestro book trailer sobre "El pozo y el péndulo". Esperamos que os guste.

domingo, 22 de mayo de 2016

Poema.

Por las mañanas nos alegras
con tus canciones tan modernas,
a todas horas te escuchamos.
Porque sin ti el ruido sería mudo
con muchos famosos nos encontramos
y podemos viajar por todo el mundo.


domingo, 24 de abril de 2016

La fuente de las Vestales.



Titus Flaminius es un joven abogado que lo tiene todo, dinero, comodidad, inteligencia, etc. Su madre escribe guion es para teatros, tiene una amiga cuyo amante es nada menos que Julio Cesar, emperador de Roma. 
Titus tiene un amigo, a la vez considerado su hermano de leche: Bruto. Titus lo admira por su determinación en todo lo que hace y porque siempre está a su lado cuando más lo necesita.

La historia de Flaminius transcurre con la vida bulliciosa y rica de una Roma en plena República. Titus se encuentra en sus anchas cuando un suceso aterrador vuelca todo su mundo. Su madre ha sido asesinada. Es a partir de ese momento cuando Titus pasa de ser un joven patricio lleno de miedos a ser el Titus Flaminius abogado en defensa de los más pobres: En Roma la “policía” solo estaba para poner el orden en las ciudades, no para buscar asesinos. Flaminius decide buscar por su propia cuenta al asesino de su madre y una supuesta joya que Julio Cesar regaló a su amante, y que, días después la habían robado.

Los indicios le llevarán hasta la bella Licinia, una de las vestales que guardaban el fuego sagrado. Titus se enamora de ella y cuando todo se descubre, deciden compartir su amor en una casa que ella tenía pero Licinia se suicida a la mañana siguiente. Titus le había pedido matrimonio y se queda destrozado.

Es el primer libro de la Saga Titus Flaminius. 

El autor es Jean – François Nahmias

Una fría y lluviosa tarde de invierno Jean – François Nahmias se encontraba en su estudio de París trabajando. Había empezado a escribir la segunda novela de la saga y estaba totalmente volcado en su trabajo cuando recibió una visita que además de inesperada fue sin duda sorprendente.
Se levantó a abrir la puerta y casi se desmaya cuando vio a su propio personaje, delante de él.
Cuando se recuperó del susto inicial, le invitó a entrar y mantuvieron la siguiente conversación:
Jean – François: no me puedo creer que seas real y que estés delante de mí en estos momentos.
Dime… ¿qué quieres de mí?      
Titus: sin duda he salido de mi libro para comentarte algo importante.
Jean – François: tú dirás. Toma asiento y cuéntame que te ha traído hasta mí.
Titus: verás… tú eres mi creador y como tal creo que no me has tratado bien. ¿Por qué tuviste que matar a mi amada Licinia después de todo lo que tuve que sufrir? ¿No me merecía ser feliz?
Vengo a exigirte que cambies el final.
Jean – François: me hace gracia tu osadía. Yo soy quien te ha creado y yo soy quien decide tu   futuro. El final está escrito y no hay cambio posible. Además… ¿quién te ha dicho a ti que ibas a ser feliz con esa mujer? ¿No has pensado que tengo mejores planes para ti y que algo mejor te está reservado en las siguientes novelas?
Titus: no me puedo creer lo que estoy oyendo. Dame una oportunidad de vivir feliz con ella. No me dejes así. Por favor, sólo escucha el final que te propongo.
 Jean – François: adelante te escucho.
Titus: podría terminar así. Lo he escrito para ti. Voy a leerlo:
 “En ese instante la vio. Estaba a su lado, con los ojos cerrados. No quiso despertarla. El sol del mediodía bañaba su cuerpo. Aún no podía creer la suerte que tenía. Permaneció sentado observándola y recordando la noche anterior. Al cabo de unos instantes Licinia se despertó:
-Titus, ¿eres real? Pensaba que todo había sido un sueño, pero ahora veo que no.
- Mi amada Licinia, no puedo ser más feliz.
- Tengo que contestar a tu pregunta…
Ella se levantó de la cama, se acercó a él y le habló con una voz dulce y llena de amor.
- Aceptaré ser tu esposa.
Él no dijo nada, simplemente la besó y su cara reflejó todo el amor y la felicidad que tenía reservado sólo para ella.
Se separaron lentamente sin dejar de mirarse adivinando el uno el pensamiento del otro y deseando empezar a caminar juntos una nueva vida llena de dicha y buenos presagios.
Ahora tocaba hacer pública tanta dicha. Partieron hacia Roma y en casa de Titus convocaron a sus amigos para compartir con ellos la buena noticia.
Licinia estaba más bella y radiante que nunca y Titus no cabía en sí de gozo. Todo lo pasado, pasado estaba y ahora solo cabía mirar al futuro.
- Licinia, te amo más que a la vida.
- Titus, te amo más que a la vida.
Con estas palabras hicieron público su amor ante la alegría de los presentes.”
Jean – François: sin duda es un final feliz que a mí no me agrada. Estoy empezando a escribir una segunda novela contigo como personaje y no hay cabida para un Titus enamorado. Debes estar solo y libre para lo que tengo pensado para ti. No obstante, te daré la felicidad que buscas en el próximo libro. Ahora vete. Debo seguir trabajando.
 Titus: volveré si no cumples tu promesa.
Y con esta última frase desapareció dejando al escritor pensativo y preguntándose si todo había sido real.

















domingo, 28 de febrero de 2016

Platero, ese entrañable burrito.

"Platero es pequeño, peludo, suave..."

Hace poco más de un siglo que Juan Ramón Jiménez escribió "Platero y yo", considerada su obra más importante y traducida a varios idiomas de todo el mundo.
El mejor amigo de Juan Ramón se ha hecho mayor y con él generación tras generación de chicos y chicas.


"Platero y yo" cumple poco más de un siglo, este "peluche", blandito, suave, tierno y cálido invade de nostalgia nuestros corazones y nos lleva a una época feliz. Una época en la que la historia de Platero se leía en centenares de escuelas al tiempo en que descubríamos cómo el burrito paseaba por los campos Moguer, correteaba por la naturaleza o jugaba con los niños.
Aunque se pensaba que era una novela para niños, el propio autor lo desmentía en 1965: "Yo nunca he escrito ni escribiré nada para niños, porque creo que el niño puede leer los libros que lee el hombre con determinadas excepciones que a todos se les ocurren."
La primera edición se publicó en 1914 y en 1917 se publicó la edición completa, compuesta por 138 capítulos.
Aunque tuvo mucho éxito, el nobel de literatura, no estuvo contento del todo y según los textos que guarda la "Fundación Zenobia" -en honor a su esposa- a Juan Ramón Jiménez le disgustó la primera edición porque a su juicio "estaba descuidada" e intentó cambiarla en numerosas ocasiones.
El resultado ha quedado patente en una maravillosa historia en la que se hace una exaltación de la naturaleza con un lenguaje lleno de metáforas.
No sólo Platero es "pequeño, peludo, suave..." también es la amistad, el amor entre Juan Ramón y su amigo y como no, también es el propio Juan Ramón: "Es tan igual a mi, tan diferente a los demás que he llegado a creer que sueña mis propios sueños."

"Hasta siempre, Platero."   -Violeta Requena.

miércoles, 24 de febrero de 2016

Azul.

Era mi último día en Samarcanda y apenas podía dormir, los recuerdos se agolpaban en mi cabeza  y la nostalgia ya invadía mi corazón.

Soñé que eran otros tiempos, remotos, mágicos como de cuento de princesas. Soñé que mi caravana había llegado a la ciudad prometida. Todo era ruido y alboroto. Estaba en el mercado: el aire olía a jengibre, clavo, canela y clavo de olor. Los diamantes, el cuero, los rubís, animales exóticos y plantas maravillosas llenaban el espacio de color. La luz era distinta a cada momento. Se oían lenguas extranjeras a cada paso, risas, riñas, ruido, música…  vida. 
 


Recuerdo que soñé que llegué a unas grandes puertas ricamente decoradas y encima de ellas las cúpulas turquesa se alzaban inmensas compitiendo con el azul del cielo. Entré por una de esas puertas y desperté.
Era temprano. Abrí una ventana y allí estaba la ciudad: las cúpulas azules, los dorados de las casas, el olor a perfume exótico y a especias, el aire dormido y fresco, el sol apunto de llenar todo el espacio con su luz y el misterio…La ciudad iba despertando y ya se escuchaban los ruidos de la vida y se podía oler el café recién hecho.
Era hora de partir y nunca borrar todo lo que ese lugar me había hecho sentir.
Samarcanda: ciudad inspiradora, remota, azul, exótica, misteriosa y bulliciosa donde se confunden el sueño y realidad, donde el viento es oro y eternidad, donde la luz es extraña como extraña es la ciudad. Noches frías, días cálidos y toda la eternidad para nunca cansarse de esta antigua ciudad.