El tiempo es oro.
La semana pasada tuve que ir al banco con mi padre para hacer una sencilla gestión y pueden imaginarse en lo que se convirtió... (pues sí, en toda una prueba de paciencia). Al llegar, la cola llegaba hasta la puerta y de las tres ventanillas sólo una estaba operativa. ¡Hasta el mismo Santo Job se habría impacientado con lo lenta que avanzaba la fila!
Después de media hora, aún quedaban seis personas delante de mí pero ni el señor banquero se daba más prisa ni otro colega ocupó una segunda ventanilla para echar una mano.
Parece mentira que habiendo gente preparada en paro, tengamos que perder nuestro valioso tiempo en una cosa tan simple como ir al banco porque no contratan a más personal.
Desde luego los trabajadores de los bancos tienen los nervios de acero y no se inmutan por nada aunque vean que una multitud está esperando. ¡Ellas sí que tienen temple!
Tendríamos que preguntarnos que si nuestro tiempo es oro, el banco no es el mejor sitio para hacernos más ricos.
Violeta me parece que has hecho una gran entrada con esta crítica y que has sabido imitar la esencia que tenía Larra al escribir sus artículos.
ResponderEliminarMuy, muy bien la entrada, la ironía y la expresión. Recuerda que tienes que añadir una foto, un vídeo, un enlace... algo que complemente tu entrada. Por lo demás, perfecto!
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