domingo, 28 de febrero de 2016

Platero, ese entrañable burrito.

"Platero es pequeño, peludo, suave..."

Hace poco más de un siglo que Juan Ramón Jiménez escribió "Platero y yo", considerada su obra más importante y traducida a varios idiomas de todo el mundo.
El mejor amigo de Juan Ramón se ha hecho mayor y con él generación tras generación de chicos y chicas.


"Platero y yo" cumple poco más de un siglo, este "peluche", blandito, suave, tierno y cálido invade de nostalgia nuestros corazones y nos lleva a una época feliz. Una época en la que la historia de Platero se leía en centenares de escuelas al tiempo en que descubríamos cómo el burrito paseaba por los campos Moguer, correteaba por la naturaleza o jugaba con los niños.
Aunque se pensaba que era una novela para niños, el propio autor lo desmentía en 1965: "Yo nunca he escrito ni escribiré nada para niños, porque creo que el niño puede leer los libros que lee el hombre con determinadas excepciones que a todos se les ocurren."
La primera edición se publicó en 1914 y en 1917 se publicó la edición completa, compuesta por 138 capítulos.
Aunque tuvo mucho éxito, el nobel de literatura, no estuvo contento del todo y según los textos que guarda la "Fundación Zenobia" -en honor a su esposa- a Juan Ramón Jiménez le disgustó la primera edición porque a su juicio "estaba descuidada" e intentó cambiarla en numerosas ocasiones.
El resultado ha quedado patente en una maravillosa historia en la que se hace una exaltación de la naturaleza con un lenguaje lleno de metáforas.
No sólo Platero es "pequeño, peludo, suave..." también es la amistad, el amor entre Juan Ramón y su amigo y como no, también es el propio Juan Ramón: "Es tan igual a mi, tan diferente a los demás que he llegado a creer que sueña mis propios sueños."

"Hasta siempre, Platero."   -Violeta Requena.

miércoles, 24 de febrero de 2016

Azul.

Era mi último día en Samarcanda y apenas podía dormir, los recuerdos se agolpaban en mi cabeza  y la nostalgia ya invadía mi corazón.

Soñé que eran otros tiempos, remotos, mágicos como de cuento de princesas. Soñé que mi caravana había llegado a la ciudad prometida. Todo era ruido y alboroto. Estaba en el mercado: el aire olía a jengibre, clavo, canela y clavo de olor. Los diamantes, el cuero, los rubís, animales exóticos y plantas maravillosas llenaban el espacio de color. La luz era distinta a cada momento. Se oían lenguas extranjeras a cada paso, risas, riñas, ruido, música…  vida. 
 


Recuerdo que soñé que llegué a unas grandes puertas ricamente decoradas y encima de ellas las cúpulas turquesa se alzaban inmensas compitiendo con el azul del cielo. Entré por una de esas puertas y desperté.
Era temprano. Abrí una ventana y allí estaba la ciudad: las cúpulas azules, los dorados de las casas, el olor a perfume exótico y a especias, el aire dormido y fresco, el sol apunto de llenar todo el espacio con su luz y el misterio…La ciudad iba despertando y ya se escuchaban los ruidos de la vida y se podía oler el café recién hecho.
Era hora de partir y nunca borrar todo lo que ese lugar me había hecho sentir.
Samarcanda: ciudad inspiradora, remota, azul, exótica, misteriosa y bulliciosa donde se confunden el sueño y realidad, donde el viento es oro y eternidad, donde la luz es extraña como extraña es la ciudad. Noches frías, días cálidos y toda la eternidad para nunca cansarse de esta antigua ciudad.



  

miércoles, 10 de febrero de 2016

EL ARTE DEL GRAFFITI


Algunas personas piensan que las pinturas que aparecen en las paredes o muros de nuestra ciudad son muestras de vandalismo callejero que ensucian el entorno y dañan la vista, sin embargo, para otras, entre las que me incluyo, el graffiti es una expresión artística.

El graffiti representa la realidad de las calles, es arte urbano que expresa belleza, tiene un significado, llama la atención y además es provocativo. Los grafiteros pueden ser considerados artistas que en lugar de lienzos utilizan paredes. Creo que cuando el artista plasma lo que siente con originalidad y calidad y en un lugar apropiado, no es vandalismo. Los colores del graffiti alegran muros que  de otro modo resultaban vacíos y tristes.
Hoy en día se están dejando espacios en las ciudades y en los pueblos para que los grafiteros realicen sus obras y de hecho en nuestro pueblo, ya hay varios.


Para mí los graffitis son una forma de arte y me resulta increíble que con u nos botes de spray se puedan hacer tales dibujos. Además son muy potentes, es decir, expresan mucho y a nadie dejan indiferentes.
Los artistas callejeros tienen que crear sus obras en poco tiempo puesto que corren peligro que los detengan porque es un acto ilegal si no tienes permiso de la autoridad competente para pintar en la calle.


Existen muchos grafiteros famosos como: Keith, Haring, Nunca, Blu, Sixeart, Bansky... Este último es considerado el mejor del mundo y se desconoce su identidad. En su último graffiti denuncia la situación de los inmigrantes y para ello ha representado a una niña cubierta por gases lacrimógenos.

Seguro que os sorprendería saber que los graffitis han entrado en los museos y os dejo información sobre la muestra que hubo en París porque resulta como poco sorprendente: www.Elconfidencial.com>culturas el-gr…
Y yo digo, si el graffiti ha entrado en los museos, ¿NO SON UNA OBRA DE ARTE? Y es más, el graffiti no es de ahora o es que ¿acaso las pinturas rupestres no son la primera forma de graffiti de la historia?



Para concluir, me reafirmo en que los graffitis bien dibujados y en lugares apropiados son una muestra representativa de arte urbano y además una forma de expresión y de transmitir sentimientos y mensajes.